jueves, 26 de diciembre de 2013

Aves de Chile: Loica

Desde hace un tiempo me he fijado que entre todas las aves que llegan a mi jardín, hay una que resplandece por su color: La hermosa Loica.

He intentado sacarle fotos, pero ella no me deja... siempre está en el mismo lugar, cerca de un granado de flor que tengo en el patio trasero... Así es que mientras tanto dejaré una foto que encontré en internet y cuando logre hacerle una foto la cambiaré :D


La Loica que llega a mi casa es hembra porque tiene su pecho rojo más bien pálido como en ésta foto. En cambio el macho posee el cuello y pecho rojo intenso.

Y les dejare la historia  muy conocida de Marta Brunet, sobre ésta avecilla:

Hace muchos años atrás, un hombre caminaba cerca de unos potreros, con morral y escopeta lista para matar a los pájaros que pudiera. En eso se encontró con una Loica muy distraída en la rama de un roble practicando una tonada recién aprendida.
Apenas la vio el hombre le hizo puntería. La escopeta estaba mal cargada y al disparar, el tiro reventó hiriéndole la cara y dejándolo medio ciego. Daba fuertes gritos de dolor y auxilio.

En todo ese lugar no había ni un alma, y la loica mientras tanto, había escapado a un árbol lejano, y desde allí miraba muy asustada al hombre ensangrentado... al rato el hombre se aturdió de dolor y dejó de gritar y la loica de a poquito se acercó hasta llegar cerca y posarse sobre el pecho del hombre.
La Loica era una buena ave, que temía la maldad del hombre pero que su vez le tenía respeto porque el hombre sabía cantar, silbar, hablar, y en cuyas manos está el bien y el mal de los habitantes del bosque.

Jamás esta avecilla había visto morir a un hombre y fue tanta su compasión que voló hasta el río y le llevó unas gotitas de agua que echó sobre la boca del hombre, y volvió al río y le llevó gotitas de agua que refrescaron sus heridas. Luego fue a la montaña y le llevó hierbas medicinales que le puso sobre las llagas de los ojos y así volaba y volvía a ayudar al hombre... tanto trabajó la pobre Loica y con tanta inteligencia que por fin el hombre dio un suspiro y recobro el conocimiento.

Entonces la Loica llamó a la brisa y le pidió la dirección del hombre. La brisa se la dio y la Loica de un vuelo llegó a la casa y le dijo al perro:
- Avisa a tus patrones que el hombre está herido en el potrero, al llegar a la montaña

Así el perro ladró con desesperación, corrió y aulló, hasta que pudo llamar la atención del hombre viejo y del hombre joven que salieron tras el perro, encontrando por fin al herido.

En una rama de roble la Loica estaba feliz viendo como se llevaban al hombre con mucha precaución; lo había salvado.

Y en ese instante oyó a doña Cachaña que le decía:
-¡Que linda pechera roja tiene usted comadre Loica! ¿Dónde la ha comprado?
La Loica se dió cuenta de que la sangre del hombre le había manchado todo el pecho

Y la señora del Jote que estaba por allí cerca la miró llena de envidia.
Pero resulta que justo ese día San Pedro había bajado a la Tierra a tomar un poquito de fresco a la sombra de unos hualles y vio todo lo pasado. Entonces se acercó a las aves y les dijo:
-Atestiguo que la Loica tiene el pecho manchado por obra de una buena acción. Y en premio de ella, con la venia del Padre que está en los cielos, desde hoy en adelante tendrá sobre su noble pecho un escudo escarlata. 
Y como ya saben esa adorable historia les cuento que la Loica se distribuye desde Atacama a Magallanes. habita en terrenos bajos y húmedos. Su alimentación se basa de insectos, frutos y semillas,. Se reproduce entre septiembre y noviembre y pone su nido en el suelo, muy bien escondido, éste es grande y suelto y ella nunca está dentro del nido, si no más bien cerca..se camufla con su lomo gris para no ser vista.  Se mantiene solitaria o en pareja y sólo en invierno se ve acompañada de bandadas.

Ahora sólo podemos disfrutar de ésta bella ave chilena

¿Has visto una Loica? ¿Donde?

Estela

3 comentarios:

  1. por esas cosas de la vida, bajando de la Parva, el bus se descompuso, una zona , muy alta y fea, para esperar al que nos venia a recoger, de la nada o nó, el guia me muestra un pájaro , en la rama, muy cerca de nosotros, UNA LOICA, me dijo, y sabia de su leyenda, acá estoy, sorprendida ,la loica se quedó en el árbol hasta que nos vinieron a buscar, de verdad siento que algo estaba haciendo ahí...Mi respeto a ese pájaro, que muy pocos pueden ver....a nosotros nos acompañó...

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  2. Todo los días llega al ventanal del living una pareja de loicas. Les estoy dando migitas de pan y agua. Una señora que nos ayuda en las labores de la casa nos dice que no alimente a estos pajaritos ....... ¿?

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  3. Aqui otra version :Fernanda Acuña
    Lloica o Loyka en mapudungún
    Dicen que antiguamente la loica era un pájaro como tantos otros, de color negro y gris que no llamaba en nada la atención.
    Ocurrió que en el Valle Abajo, escondido entre varias colinas y el río, las loicas habían encontrado un paraíso donde vivían y se multiplicaban con gran contento. Muchos años duró este tiempo feliz, hasta que un día un cazador que merodeaba por Puangue, perdió su ruta y caminando y caminando, llegó a Cuncumén.
    Agotado por el viaje, se echó a dormir en medio de unos espinos a través de los cuales se veía un cielo tan lleno de estrellas, que casi molestaban su vista cansada.
    Al despertar, sintió el trinar de numerosos pajaritos. Su alma de cazador dio un vuelco en el pecho, preparándose para un festín inesperado. El hombre, sin siquiera preocuparse de tomar un vaso de agua, preparó su escopeta y sin pensarlo dos veces, apuntó a una loica que lo observaba desde el espino y disparó la mortífera arma que estalló en un ruido infernal.
    Las loicas que observaban paralizadas al extraño personaje, sin comprender el peligro que representaba, huyeron ante el estampido, pero ninguna de ellas fue alcanzada por las balas asesinas. La verdad es que había sido tal la prisa del cazador, que había cargado mal su arma y ésta había reventado causándole una horrible herida en el cuello.



    Las aves aterradas se quedaron largo rato escuchando los gritos y quejidos del hombre y, cuando éste calló, una de ellas venció el miedo y se acercó.
    -Perdón-, le susurró el hombre, - Ayúdame por favor-.
    La pequeña loica tuvo pena al verle los ojos cubiertos de sangre y la lengua seca de sed. Sin ponerse a pensar mucho, tomó con su pico unas hojas de menta silvestre y le limpio poco a poco los ojos. Las plumas de su pecho empezaron a mancharse de sangre y tierra pero, aunque se veía harto fea, ella prosiguió su tarea.



    Las otras loicas, sin decir palabra, la comenzaron a ayudar y se turnaron para depositar en la boca del herido, gordos granos de uva negra entregándole así el agua y el azúcar que tanto necesitaba.



    Un grupo de ellas emprendió viaje hacia el poblado y comunicó a un perro del lugar la noticia del malherido que yacía esperando ayuda en el Valle Abajo. Dio la casualidad que el tal perro andaba buscando a su amo que se había perdido en aquellas colinas. El animal corrió a avisar con furiosos ladridos a los familiares del hombre que, sin tardanza partieron a Cuncumén con vendas y medicinas.



    El ángel de la guarda del cazador, que estaba de lo más avergonzado de las costumbres de este hombre, comunicó a Dios toda esta increíble historia y entonces, ante los ojos asombrados de las gentes y de los otros animales del lugar, en el pecho de las loicas se formó un precioso triángulo colorado, con la misma forma de la mancha de sangre que había ensuciado las plumas de los bondadosos pajaritos.
    Desde entonces las loicas son las aves más lindas del lugar y su figura inconfundible recordará para siempre a los hombres que Dios premia la generosidad y el perdón

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