martes, 13 de agosto de 2013

Bar The Clinic

Tenía muchísimas ganas de conocer éste Bar, que está ubicado en Monjitas 578.

Adoro el centro, adoro recorrer las calle con historia de Santiago, caminar en el entorno del cerro Santa Lucía, admirar la arquitectura del Museo de Bellas artes y un sinfín de lugares antiquísimos y llenos de belleza.

El Bar me fascinó, por su ambientación, y claramente por la arquitectura.

De partida, en la entrada recomiendan que no entren al Bar los tontos graves.
A continuación más...
El Bar the Clinic es un sitio muy chileno, muy picaresco, con humor negro y rudo. Está decorado con todo el estilo del diario The Clinic, lleno de detalles, de comentarios políticos para la risa y rescatando también creencias de santos y religión (que era muy típica chilena) como prender velas a los santos, plaquitas de agradecimiento, regalos de agradecimiento a los santos o a la virgen etc








Hay altares con la virgen, otra con san expedito y su oración y otras que hacen burla del agua bendita (que dice agua bendita de 40 grados) y varias otras. También hay nichos con políticos donde tienen diferentes epitafios, pero nosotros no nos detuvimos en aquello.

Recorrimos el lugar y nos fuimos al segundo piso. Una noche de sábado estaba bastante lleno como podíamos imaginar.

Nos sentamos, y admiramos las lámparas de lágrimas y los detalles en cada rincón. Nos atendió una chica, nos tomó la orden: Vino Carmenere Casas Patronales y Tabla The Clinic (greda de carne con chimichurri, arrollado huaso, empanadas fritas de pino y queso, mini choripanes con pebre y sopaipillas) llegó más pronto de lo que imaginamos pero el picoteo llegó tibio.

La chica estaba muy apurada y la comida muy sabrosa, así es que hicimos la vista gorda y nos comimos todo.




Como íbamos con el entusiasmo de comer rico, luego del picoteo pedimos nuestros platos:

- Pasta Alquinta (Ravioles de jaiba con salsa de pimientos asados)
- La constitución de los '80 (Pasta con salsa de las mejores y más grandes callampas)
- Piraña (Pescá frita en cama de lechugas y ensalada a la chilena en marraqueta)





Los sabores de cada uno fueron realmente fabulosos. Eso sí, la pasta Alquinta llego muy fría por lo que tuvimos que pedir que la cambiaran o calentaran y llego tibia.

Me gustó mucho el lugar, pero recomiendo llegar temprano para no esperar tanto por la comida. Los platos son deliciosos, y abundantes, pero el tiempo de espera juega en contra....

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